En estos últimos días, estamos teniendo en toda la península abundantes lluvias que animan la campaña de otoño.
Cuando las lluvias otoñales de septiembre-octubre sobrevienen con cierta generosidad, la cosecha de setas es casi segura, siempre hay un margen de duda por que influyen otras variables como el viento, las temperaturas, etc. Cantidades de lluvia superiores a los 50 mm pueden ser suficientes para su desarrollo, sobre todo si se concentran en un lapso de tiempo corto -un par de días- que permita su penetración en las capas profundas del suelo. Las lluvias de noviembre-diciembre no son a veces suficientes, porque a menudo se acompañan de frío excesivo y de heladas que dificultan o impiden la proliferación de las setas.
Asi que con las lluvias caídas, esperamos nuevas setas en nuestros montes.